Disponer de una cocina adecuada es algo fundamental para nuestro hogar, y más si nos gusta elaborar recetas con frecuencia. Si estamos pensado en cambiar nuestra antigua cocina, debemos saber qué clase cubrirá mejor nuestras necesidades. ¿Son mejores las cocinas empotradas o las de pie? ¿Vitrocerámica, inducción o gas? Pasamos a contestar estas respuestas.
¿Cocinas empotradas o de pie?
En este aspecto no existe una cocina mejor que otra, ya que su elección se basará en nuestros gustos o cuestiones de diseño. Si nuestra cocina es integrada, seguramente nos invitará a emplear una cocina empotrable que armonice con el conjunto. Pero incluso con esta clase de cocinas, podemos optar por una de pie siempre que el espacio nos lo permita.
Lo bueno de las cocinas de pie es que son muy versátiles, permitiendo un mayor dinamismo en su disposición, siempre y cuando las tomas de gas o electricidad sean adecuadas. Y la ventaja de las cocinas empotradas, es que se suelen ajustar más al estilismo de nuestra cocina. Aun así esto es discutible, ya que si, por ejemplo, queremos decorar nuestra cocina con un estilo rústico, es muy probable que una cocina de pie entone mejor con este ambiente.
Así que no existe consenso acerca de qué clase de cocina es mejor, ya que se basará más en nuestras preferencias. También puede ser que la disposición de nuestra cocina nos obligue a elegir un tipo de cocina a la fuerza, por lo que en este caso, no tendremos ninguna duda.
De todas formas, existen tantos modelos, materiales, tecnologías y prestaciones, que siempre hallaremos la cocina perfecta respecto a nuestros requerimientos, sin importar si es empotrada o de pie.
¿Vitrocerámica, inducción o gas?
Otro punto importante es la tecnología o clase de energía que utilizará nuestra cocina para calentar la comida. Existen tres métodos principales: vitrocerámica, por inducción o con gas. No existe una opción mejor que otra, ya que dependerá de diversos factores, como el uso general que le demos o motivos económicos.
La elección final será siempre algo personal, ya que no todo el mundo tiene las mismas necesidades. Y ante este dilema, el conocimiento de las opciones es la mejor fórmula para elegir con fundamento. Así que, para ayudaros a escoger la cocina más adecuada, vamos a analizar las ventajas y desventajas que tienen cada una de ellas.
Cocina de gas
Esta clase de cocinas son las más tradicionales, ya que calientan con una llama constante de fuego. Su funcionamiento consiste en unos quemadores por los que el gas prende y consigue mantener una llama, que podremos regular en intensidad. Se siguen empleando en entornos profesionales de restauración, ya que ofrecen mucha rapidez a la hora de preparar los platos.
Ventajas:
- El gas es más económico que la luz, por lo tanto, es un sistema energético más barato que nos ayudará a ahorrar en la factura eléctrica.
- Puede emplearse cualquier material (hierro, cobre, barro…) y utensilio de cocina en los fogones, así que no requeriremos ollas, sartenes o cacerolas con una compatibilidad especial.
- Es el sistema más rápido para cocinar, proporcionando una llama viva y constante si así lo necesitamos. Para ciertas recetas es de tal importancia, que consigue aportar texturas que no lograremos con vitro o inducción. Por ejemplo, al preparar carne a la plancha, el fuego consigue cocinar la parte exterior dejando jugoso el interior, evitando así el efecto de «cocerla».
- El menaje de cocina se calienta más rápido con el fuego, por lo que por ejemplo, tendremos listo antes el aceite de la sartén. También es más fácil controlar la potencia del fuego, ya que la llama nos sirve como referencia visual.
Desventajas:
- La limpieza es más engorrosa que en las placas vitro o de inducción, ya que existen más superficies irregulares donde se puede pegar la comida. Así que costará más de limpiar.
- El gas es menos seguro que la electricidad, ya que sus instalaciones deben ser revisadas anualmente para detectar cualquier anomalía o fuga. En cuanto a seguridad, las llamas pueden quemarnos con más facilidad.
- En caso de no tener gas ciudad, requeriremos un espacio para guardar la bombona de butano.
Cocina vitrocerámica
Con el paso de los años, la cocina vitrocerámica se implantó como la opción más utilizada en nuestros hogares. Esto es debido a que tiene un desempeño bastante correcto si no necesitamos un funcionamiento excesivo. En su momento supuso una ventaja principalmente por no tener que estar pendientes del gas y porque es bastante segura.
La cocina vitrocerámica consiste en una placa cubierta de cerámica vitrificada, en cuyo interior se encuentran las resistencias en espiral, que actuarán como fogones. Vamos a ver sus pros y contras.
Ventajas:
- Son más seguras que las cocinas de llama, ya que no tienen peligro de fugas de gas u otros inconvenientes. Aunque también podemos quemarnos si tocamos la propia vitro, no será por las llamas.
- No requieren el mantenimiento que sí necesitan las instalaciones de gas. Salvo que se estropeen, no nos darán problemas, siendo bastante resistentes.
- Al igual que las cocinas de gas, también puede emplearse cualquier menaje de cocina sin importar el material del que esté hecho (hierro, cobre, barro…)
- La forma de calentarse es gradual, pudiendo ayudar a que no quememos la comida al principio. Esto puede ser una desventaja si buscamos lo contrario, así que dependerá de nuestros requerimientos y costumbres.
- En cuanto a costo, las placas de vitrocerámica son más baratas que las de inducción, llegando a costar incluso la mitad que estas últimas.
- Al ser una superficie lisa, las placas de vitrocerámica se limpian con más facilidad que las de gas, siendo muy agradecidas en este sentido.
Desventajas:
- La vitro tarda más en calentarse, por lo que puede suponernos un problema si requerimos cocinar con rapidez. Si no tenemos una placa potente, puede que incluso se nos apague en ciertos momentos, consiguiendo por ejemplo, el efecto de «cocer» los alimentos en vez de asarlos.
- El consumo eléctrico es generalmente mayor que el del gas. También gastará más energía al principio, ya que tardará unos pocos minutos en ganar temperatura.
- Aunque no nos podremos quemar por las llamas, sí que existe el peligro de hacerlo al tocar la placa, que seguirá caliente una vez apagada. Si nos despistamos, podemos quemarnos con ella al creer que está apagada y fría.
- Se rayan con facilidad si no las limpiamos con el material y los productos adecuados. Muchas veces al emplear estropajos, podemos causarles arañazos. También podemos rayarlas con los útiles o menaje de cocina.
Cocina por inducción
Las cocinas por inducción funcionan gracias a un potente imán que se activa eléctricamente. Esta interacción genera ondas magnéticas que calientan la superficie del menaje (de material ferromagnético) con el que entre en contacto. Su apariencia es como la de la placa vitrocerámica, ya que está cubierta de cerámica vitrificada.
Esta tecnología es actualmente la más avanzada y moderna, y se está imponiendo con fuerza compitiendo con la vitrocerámica. En general supera en ventajas a esta última, por lo que, aunque es más cara en un principio, luego resulta más rentable. Veamos lo bueno y malo que tiene.
Ventajas:
- Es más rápida que la vitrocerámica, ya que se calienta dos veces más rápido que esta última.
- Consume menos energía que la vitrocerámica, ya que transmite el calor electromagnético directamente el menaje, aparte de calentar todo el cuerpo del mismo, no sólo su base. Por eso consigue ahorrar desde un 40% a un 50% más que las cocinas vitrocerámicas.
- Es más segura que las cocinas de gas o las vitrocerámicas, ya que solo se encenderá cuando depositemos algún menaje encima. Nos evitaremos problemas de gas o de quemaduras, ya que la superficie donde se cocinen los alimentos, nunca estará caliente.
- Se limpian con mayor facilidad (al igual que las vitro) que las de gas.
Desventajas:
- Al principio, hasta que nos acostumbremos, debemos tener en cuenta que la comida se nos puede quemar, ya que se calienta inicialmente con mucha rapidez.
- Son más caras, requiriendo un desembolso mayor que una cocina de gas o una vitro. Aun así, si tenemos en cuenta que luego podremos ahorrar en la factura eléctrica, pueden suponernos un ahorro a largo plazo.
- Pueden requerir un desembolso extra al tener que renovar nuestro menaje. Como en las placas de inducción solo se pueden emplear recipientes de acero inoxidable, tendremos que revisar nuestro menaje para comprobar si es compatible. Un truco para comprobar si nuestro menaje sirve, es acercar un imán a cada recipiente. Si el imán se pega, funcionará con la cocina de inducción.
- Al igual que las vitrocerámicas, podemos rayarlas al limpiarlas si empleamos estropajos. También pueden sufrir arañazos con el menaje o útiles de cocina.