Cuántas veces te cabrea que la comida venga mal repartida, te sobre, y no sepas que hacer con ella o se te ponga mala? Gracias a estas ideas puedes ahorrar espacio e incluso posponer la fecha de caducidad propuesta por el proveedor. Es increíble lo fácil que pueden ser las cosas de la vida de la cocina. Pero lo más importante, no tendrás que tirar nada.
Piña.
Quita la parte superior y coloca la piña boca abajo. Así, podrás mantenerla durante más tiempo.
Queso.
Almacena el queso en papel a prueba de grasa bien envuelto; durará más, no sudará y no tendrá sabor a plástico.
En lugar del tupperware.
En lugar de utilizar un tupperware, almacena la comida en tarros de cristal: así durará mucho más tiempo.
Queso en tarrina.
El queso en tarros dura dos veces más cuando se coloca boca abajo.
Carne picada.
Siguiendo el mismo método que para la salsa de tomate, puedes congelar y dividir en diferentes porciones la carne picada sobrante. Luego, descongela y usa lo que necesites.
Zanahorias.
Las zanahorias durarán muchísimo tiempo si las guardas en un lugar oscuro en arena.
Manzanas.
Las manzanas pueden durar mucho tiempo. En el frigorífico pueden durar hasta 6 meses. Solo has de estar atento por si una se pudre y deshacerte de ella. De lo contrario, esta estropeará al resto.
Lechugas.
La lechuga dura más tiempo si la envuelves en papel de cocina porque lo que suelta la lechuga no se pondrá malo, sino que será absorbido por el papel.
Verduras.
Las verduras deberían congelarse después de escaldarse ligeramente en agua caliente con sal. Este proceso las hace durar más tiempo.
Pasteles.
El pastel durará mucho más tiempo si lo proteges con trozos de pan blanco. Este elimina la humedad del aire que la rodea y al mismo tiempo, impide que el pastel se seque por donde se haya cortado.
Apio, brócoli y lechugas.
Estas verduras duran mucho más tiempo y se mantienen en mejor estado si las envuelves en papel aluminio dentro del frigorífico.
Bananas o plátanos.
Si envuelves la punta de la banana o plátanos con papel transparente, tardarán más en ponerse marrones.
Especias.
Si quieres conservar tus hierbas, solo necesitas un poco de aceite de oliva para congelarlas. Así te durarán siglos.
Salsa de tomate.
La salsa de tomate sobrante también puede ponerse en una bolsa para el congelador y congelarse. Una hora después debe estar suficientemente congelada para poder separar la salsa en diferentes partes con la ayuda del mango de un cuchillo. Al introducir el cuchillo, mueve la salsa a uno y otro lado.
Huevos.
Los huevos también pueden congelarse, por supuesto. Simplemente, cáscalos y guárdalos en un recipiente para cubitos de hielo con un poco de sal y azúcar (lo que impide que se vuelvan rugosos) y consúmelos cuando quieras.
Leche fresca.
La leche fresca debería congelarse antes de consumirse. Así podrá durar hasta 3 meses. Aunque la consistencia del producto es algo diferente, no se pierde calidad y la leche no se estropea.
Miel.
Un tarro de cristal bien cerrado y almacenado en un lugar fresco hará que la miel dure más tiempo. Este dulce néctar es considerado el alimento más duradero de todos.
Fresas
Cuando compres fresas frescas, ponlas de inmediato en una taza con agua y vinagre (10 veces más agua que vinagre), después déjalas escurrir unos 5 minutos en un tamiz. Esto matará a los microorganismos biológicos y hará que las bayas duren más tiempo.
Patatas, cebollas y manzanas.
Estas deberían almacenarse siempre por separado. Si se almacenan juntas, estas durarán menos. Un sistema como el siguiente puede ser útil. Las patatas han de guardarse en un lugar oscuro para que no creen gérmenes ni la tóxica solanina.
Cebollas:
Anuda una media de nylon entre cada dos cebollas. De este modo las cebollas durarán hasta 8 meses, ya que estarán al aire libre y no aplastadas unas contra las otras.
Cebollas frescas, cebolletas, ajos poros.
Coloca las cebollas frescas o lo demás en agua para que crezcan. Cuando las necesites, estarán frescas y crujientes. A partir del bulbo puedes incluso conseguir cebollas completamente nuevas.
