Esta receta tiene el sabor de las meriendas de antaño. Antiguamente, no se desperdiciaba ni un trocito de pan, un bien más escaso que ahora. Por ello, existían muchas recetas que permitían aprovechar los restos y convertirlos en riquísimos platos. Este postre, rápido de preparar, hará las delicias de los más pequeños.
Dificultad: Fácil
Tiempo medio de preparación: 15 minutos + 4 minutos por tanda
Ingredientes:
– 1/2 vaina de vainilla o un sobrecito de azúcar de vainilla
– 4 huevos
– 50 cl. de leche
– 100 gr. de azúcar
– 60 gr. de mantequilla
Preparación:
Cortamos el pan en rebanadas no demasiado gruesas.
Si utilizamos una vaina de vainilla, la cortaremos por la mitad en sentido longitudinal y retiraremos las semillas con un cuchillo.
Vertemos la leche, el azúcar y las semillas de la 1/2 vaina de vainilla (o el azúcar de vainilla) en un cazo y llevamos a ebullición unos minutos.
Dejamos reposar unos minutos y vertemos la leche azucarada en un plato hondo.
Esperamos a que se entibie.
En una fuente o en un plato hondo, rompemos los 4 huevos y los batimos.
Sumergimos sucesivamente las rebanadas de pan en la leche azucarada tibia 8el pan no debe deshacerse, tan sólo quedar impregnado) y después en los huevos batidos.
Derretimos un trocito de mantequilla en una sartén (aproximadamente 20 gr. de mantequilla por tanda) e introducimos unas cuantas rebanadas.
Las dejamos aproximadamente 2 minutos por cada lado, hasta que queden bien doradas.
Retiramos las torrijas de la sartén con una espátula o una espumadera y las depositamos sobre un trozo de papel de cocina.
Doramos las demás torrijas del mismo modo.