Se dice que en la variedad está el gusto, y en nuestro país, la Comunidad Autónoma de Navarra es un territorio en el que podemos disfrutar de numerosos paisajes. En sus parajes se suceden los valles repletos de exuberantes bosques, rumorosas cascadas y valiosos cursos fluviales. De igual manera ocurre con la gastronomía y los productos que encontramos en ella, que van cambiando según viajemos por la zona de los Pirineos, la ribera enclavada en el Valle del Ebro o la zona media, repleta de pastos y verdes valles. Eso sí, lo que no cambia es la generosidad de paisajes y productos típicos de la zona, como ocurre por ejemplo con su catálogo de vinos. Y es que los vinos de navarra poseen su propia denominación de origen española debido a su gran calidad y diversidad, ampliamente conocida en España y el extranjero.
Vamos a hacer un breve repaso a algunos de sus productos joya.
Chorizo de Pamplona: Esta clase de chorizo posee forma alargada y se embute en una tripa ancha, poseyendo un diámetro de unos tres o cuatro centímetros. Se elabora con carne de cerdo, vaca, algo de tocino, sal, ajo, azúcares y pimentón, siendo este ingrediente el que dota al producto de un reconocible color rojizo. Esta clase de chorizo se fabrica en toda la comunidad, ya sea de forma artesanal como más industrial. No en vano, el chorizo de Pamplona se convirtió en el primer producto cárnico en industrializarse en España, ya que la primera industria cárnica del país se instaló en esta zona. Este chorizo se degusta crudo, poseyendo una textura untuosa y un sabor fino pero intenso, muy agradable y sin acidez.
Pimientos del piquillo: Estos pimientos se conocen como el «oro rojo» de la ribera navarra, siendo concretamente los de Lodosa los más afamados por ser una Denominación de Origen. Los pimientos del piquillo son originarios del suroeste de Navarra, tienen unas dimensiones menores de las acostumbradas (de 8 a 10 cm.) y una forma triangular que los hace fácilmente reconocibles. El extremo del pimiento es curvado y posee un vivo color rojo, aparte de una textura refinada y un sabor inimitable. Aunque se recoge entre los meses de septiembre a diciembre, podemos disfrutarlo todo el año gracias a las conservas. Desde hace tiempo son un estandarte de la gastronomía navarra, pudiendo ser consumidos como entrante o aperitivo, aderezados con ajo, vinagreta o incluso rellenos.
Ternera: La carne de vacuno que podemos encontrar en Navarra es de gran calidad, siendo muy sana y natural. Incluso ha logrado la denominación I.G.P. o Indicación Geográfica Protegida, que es el mayor reconocimiento que dota Europa a las Denominaciones de Productos de Calidad.
Alcachofa de Tudela: La alcachofa de Tudela es otro producto reconocido como Indicación Geográfica Protegida, la máxima clasificación europea para las Denominaciones de Productos de Calidad, ya que su naturaleza es excepcional. Esta verdura también es conocida como «La flor de la huerta» por su reconocible apariencia y se cultiva en más de 30 municipios de la Ribera Navarra. Concretamente se planta la variedad «la blanca de Tudela», que es una alcachofa más redondeada y ovalada, con una abertura en la parte superior que impide que las hojas cierren el extremo de la cabeza. La recolección, que es manual, se efectúa entre los meses de octubre a junio, dependiendo del clima que haya cada año.
Borraja: Otra hortaliza afamada de esta comunidad es la borraja, que poco a poco se ha hecho su hueco en numerosas recetas y su empleo es cada vez mayor. Podemos encontrarla en conservas y al natural, siendo muy apreciada por sus propiedades nutricionales y dietéticas, ya que es baja en calorías, pero rica en vitaminas y minerales. La manera típica de consumirla es troceada, hervida y acompañada de patata cocida, aunque acepta otras preparaciones. Su sabor se ve realzado si se elabora con ajo picado y aceite de oliva, consiguiendo un plato ligero y refinado.
Espárrago: El espárrago de Navarra es otro producto reconocido por la Indicación Geográfica Protegida, siendo también conocido como el «oro blanco» del valle del Ebro. Es reconocido por su sobresaliente calidad, poca fibrosidad, textura fina y color muy blanco, habiéndose convertido en toda una referencia elemental de la gastronomía navarra. Su grosor es considerable, de hecho los espárragos cojonudos cumplen esta propiedad, aparte de poseer un sabor exquisito e inigualable. Este rimbombante nombre procede de la anécdota acaecida cuando unos productores de espárragos enviaron una lata de sus mejores espárragos al Rey emérito Don Juan Carlos I. Cuando preguntaron a la Casa Real si los espárragos habían sido del agrado de su majestad, contaron que el propio rey los había calificado como «cojonudos». Y con ese nombre se quedaron.
Cuajada: Este postre se elabora con leche de oveja y cuajo natural. Posee una textura fina y a la vez cremosa, que suele acompañarse de miel o azúcar para endulzar, aunque el truco está en añadir poco a poco el dulce, sin remover la cuajada. Otra forma de acompañarlo es con frutos secos. El origen de la cuajada se remonta casi a la prehistoria, cuando los pastores introducían la leche en recipientes de madera denominados kaikus y la calentaban metiendo una piedra al rojo vivo, que aparte de calentar, confería un particular sabor ahumado a la preparación. A día de hoy podemos encontrarlo en envases de barro más tradicionales o en el formato de típico yogur.
Queso Roncal: Esta delicatessen, también conocida como el hijo del Pirineo, se elabora con leche cruda y entera de ovejas de las razas rasa y lacha, añadiendo cuajo y sal, y cuidando que no existan calostros en la leche. Procede de la zona nororiental navarra, donde está el Valle del Roncal, siendo el primer alimento en lograr una Denominación de Origen en España. Este queso artesanal posee un color blanco marfil con tonos amarillos claros y un sabor fuerte, marcado, algo picante y untuoso al paladar.
Vinos: ¿Y qué mejor forma de saborear un queso que acompañarlo de un buen vino? En cualquier bodega de navarra no falta un extenso repertorio de vinos propios cuya Denominación de Origen Navarra posee más de 75 años. La gran calidad de sus vinos es propia de la diversidad de paisajes y climas existentes en la comunidad, ya que confluyen los climas atlántico, continental y mediterráneo en sus tierras. En sus más de 18.000 hectáreas amparadas por la Denominación de Origen, encontramos cinco zonas de obtención distintas: Baja Montaña, Valdizarbe, Tierra Estella, Ribera Alta y Ribera Baja. Gracias a sus uvas, podemos disfrutar de sus conocidos vinos rosados o sus poderosos tintos jóvenes, pasando por los delicados blancos, los extraordinarios crianza y cautivadores blancos dulces de moscatel. Sin duda, son vinos con personalidad muy marcada que representan a la perfección el espíritu de la comunidad navarra.
Pacharán: Y de entre los licores de la zona, destaca el pacharán o patxaran navarro, el cual se logra macerando los frutos del endrino, las endrinas (también conocidas con los nombres de pacharanes o arañones), en aguardiente y anís. El endrino es un arbusto espinoso con ramas rugosas, cuyos frutos son ovalados y poseen un color azulado o violáceo oscuros.