Cupcakes Besos de Drácula

Lo ideal es que siempre decoremos nuestros pasteles con ingredientes que complementen su sabor. Estos cupcakes Terciopelo Rojo con cobertura de crema de queso tienen una decoración de «sangre» en la parte de arriba que está hecha con la pulpa de cerezas y semillas de granada o de grosellas.

Dificultad: Media

Tiempo medio de preparación: 45 minutos, sin contar que debemos tener los cupcakes de base ya hechos

Ingredientes para 12 cupcakes:

– Una bandeja de cupcakes Terciopelo Rojo
– Un puñado de semillas de granada

Para la cobertura de crema de queso:
– 2 cucharadas (25 gr.) de mantequilla a temperatura ambiente
– Media taza (125 gr.) de crema de queso a temperatura ambiente
– Media cucharilla de extracto de vainilla
– Un cuarto de taza (125 gr.) de azúcar glas

Para la compota de cereza:
– 1 taza (125 gr.) de cerezas, muy maduras y sin hueso o en lata
– Un cuarto de taza (50 gr.) de azúcar super fina
– Media taza (120 ml.) de agua o zumo de las cerezas en lata, si estas se usan
– Media cucharilla de zumo de lima
– 1 cucharada de harina de maíz o de maizena

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Preparación

Para hacer la cobertura, batimos la mantequilla en un cuenco pequeño. Añadimos la crema de queso y mezclamos bien hasta que no haya grumos. Incorporamos el extracto de vainilla, y, gradualmente vamos echando el azúcar mientras batimos hasta que quede con una consistencia gruesa y que se pueda untar. Recubrimos los cupcakes con la mezcla ayudándonos con la parte de atrás de una cuchara para que queden bien pulidas.

Para hacer la compota de cerezas, batimos la fruta en un cuenco con una batidora eléctrica, y después la ponemos en un cazo de tamaño medio y base gruesa junto al azúcar, el agua, el zumo de lima y la harina de maíz o maizena. Calentamos la mezcla a fuego medio hasta que las cerezas comiencen a soltar su jugo, y después las llevamos a ebullición mientras removemos constantemente. Ahora reducimos el fuego y dejamos la mezcla a fuego lento hasta que la compota de cereza se haya espesado con la consistencia deseada (ligera como para poder verterla, pero lo suficientemente espesa como para que no se derrame por la cobertura). Dejamos que se enfríe.

Ponemos una boquilla del número 67 en una manga pastelera y colocamos dentro la compota de cerezas. Hacemos pequeños agujeros con la punta de la manga para recrear las «marcas de mordiscos», y derramamos la «sangre» por fuera de cada pastel. Para finalizar, colocamos unas semillas de granada.

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