La olla exprés ha significado toda una revolución a la hora de cocinar, ya que se ha convertido en nuestra mejor aliada ante el frenético ritmo de vida que llevamos. Y es que no siempre tenemos tiempo para preparar una receta a fuego lento, así que, si podemos obtener el mismo resultado en poco tiempo y encima ahorramos energía o gas, muchísimo mejor.
El dilema reside en si no sabemos qué olla a presión nos conviene y es mejor para nuestras necesidades. Así que vamos a resumiros un poco la información para que podáis determinar qué olla exprés es la adecuada para vuestro uso particular.
El mecanismo principal de una olla exprés reside en la peculiaridad física de que, en un entorno de altas presiones, el punto de ebullición del agua desciende de los 100°C y los alimentos se cocinan casi en la mitad de tiempo. Esto ocurre porque aparte de los líquidos que añadimos a las recetas, los alimentos también poseen agua.
La olla exprés consiste en sí misma en un recipiente que queda totalmente estanco cuando se cierra con la tapa, a excepción de la válvula de escape de vapor. Al quedar completamente cerrada durante la cocción, se logran altas presiones y con ello una cocción más rápida.
Funcionamiento de la olla
Los distintos tipos de olla a presión se basan en unos principios idénticos, aunque la tecnología ha avanzado para diferenciarlos en tres clases de diseño generacionales.
Primera generación
Esta clase de ollas se aseguran gracias a un pomo superior que se enrosca, forzando que una barra de la tapa haga fuerza contra las pestañas del cuerpo de la olla y de esa forma cierre del todo. También tienen una válvula que va girando para liberar el exceso de presión mientras cocinan.
Estas ollas se consideran de las antiguas, aunque las modernas poseen idéntico funcionamiento a excepción del diseño en cuanto a seguridad y fijación de la tapa. Muchas personas las prefieren por su robustez y el sabor que confiere a los alimentos, ya que la pérdida de vapor (y con ello líquido), hace que se concentren más los sabores.
Su fortaleza las convierte en ollas de por vida, aunque es recomendable cambiar la goma cada uno o dos años, o puede que se nos estropee algún pequeño componente. Para estas situaciones siempre hay recambios. En caso de tener una olla Magefesa, por ejemplo, podemos buscar en Internet «Repuestos ollas Magefesa» y hallaremos sin problema el recambio que necesitemos.
Segunda generación
Estas ollas trabajan de igual modo, con una válvula que sirve como resorte. Tienen un mando con el que poder ajustar la presión en varias posiciones. Algunas de estas ollas también liberan el vapor sobrante, mientras que otras pueden mostrar los niveles de presión existentes. Cuando terminemos de cocinar y retiremos la tapa, soltaremos el vapor.
El sistema de cierre consta de un brazo o mango que tendremos que encajar y asegurar. En este sentido son más cómodas para cerrar que las de primera generación, ya que no habrá que forzar la muñeca girando. Poseen un botón como mecanismo de seguridad para cerrar la tapa una vez hayamos encajado el mango.
Tercera generación
Esta clase de ollas engloba las que funcionan con electricidad, aunque sigan trabajando con altas presiones en el interior del recipiente. La fuente de calor se va regulando para mantener unos niveles de presión adecuados y constantes, poseyendo una válvula que entra en funcionamiento con un resorte. Las ollas más modernas de esta generación tienen un sistema para programarlas.
Material del que está compuesta
La variedad de materiales disponibles para ollas exprés nos permite elegir con libertad, ya sean del tradicional acero inoxidable, aluminio, cobre o incluso hierro. Como cada material tiene sus pros y sus contras, vamos a repasarlos para que podáis determinar el que más os interese.
Acero inoxidable: es el material más empleado en las ollas a presión actuales, siendo también el clásico desde hace décadas. Esto se debe a que es un material muy sólido y longevo, aparte de soportar perfectamente las altas temperaturas. Otra de sus virtudes es que, si sufre golpes por alguna caída o impacto, no se estropea. El acero inoxidable tiene diferentes calidades, que vienen expresadas por dos cifras, por lo que deberemos revisar estos números si nos decidimos por este material. La calidad recomendable es 18/10, ya que de esta forma no perderá el brillo, ni se deformará con el tiempo.
Aluminio: este material sería otro de los preferidos por los fabricantes de ollas. Consigue que la superficie sea antiadherente, de modo que la comida no se nos pegará. No obstante, tiene un inconveniente, y es que en cuanto apartemos la olla de la fuente de calor, se enfriará bastante más rápido que otros materiales. Así que no conservará la comida caliente durante mucho tiempo.
Cobre: al contrario de los materiales que hemos comentado, las ollas exprés de cobre suelen ser más difíciles de obtener en el mercado y el precio suele ser mayor. Su ventaja es que tienen el aspecto de una olla a presión de acero inoxidable, pero poseen un grosor mayor, de forma que conservarán mejor el calor y también lo distribuirán de manera más uniforme.
Hierro: la ventaja de este material es que conserva el calor durante mucho tiempo y se distribuye por toda la olla con más eficiencia. Por contra, es un material algo pesado para una olla, lo que dificulta el manejo y limpieza de la misma.
Aparte del material del que esté hecho la olla exprés, debemos evitar los recubrimientos antiadherentes o de teflón, ya que suelen desaparecer con el paso del tiempo.
Capacidad de la olla
Otro elemento a tener en cuenta es la capacidad de la olla exprés. Este factor se mide en litros y determinará si podemos realizar una receta para más o menos personas. Si no tenemos en casa muchos comensales, nos bastará con una olla normal. Pero si solemos cocinar para muchas personas, o incluso preparamos grandes cantidades de alimentos para luego congelar, será preferible decantarse por una de gran capacidad.
Las recetas para una cantidad de 2 a 5 personas se pueden preparar sin problema en ollas a presión de 6 litros. Si son de 6 a 7 personas, le corresponden ollas de 8 litros. Si no queremos tener problemas de espacio, mejor decantarse por ollas que superen los 10 litros, ya que hay de 12 o incluso 15 litros.
Escoger la olla perfecta en cuanto a capacidad, es importante por la cantidad de comida que podremos preparar, pero también por el espacio que ocupará. Debemos tener presente esto si vamos a elegir una olla grande, pues lo mismo luego no tendremos espacio para guardarla en nuestra cocina.
Forma de la olla
Aparte de la capacidad, hay diseños de ollas a presión más bajos y otros más altos. Las ollas exprés bajas y con una base ancha, son ideales para distribuir de manera óptima el calor. Las que tienen mayor altura, son ideales para otros usos, como cocinar alimentos al vapor, legumbres o elaborar conservas. También debemos tener en cuenta que ocuparán menos espacio en la vitro o el fogón.
El indicador de la presión y la apertura rápida
Otro dato a tener en cuenta es si la olla exprés alcanza los 15 psi (libras de fuerza por pulgada cuadrada, una unidad de fuerza), ya que es la presión adecuada para cocinar alimentos correctamente. También es recomendable que comprobemos si posee apertura rápida, ya que nos ahorrará tiempo esperando para poder abrir la olla.