Cada vez es más frecuente que nos quejemos del pan que compramos en supermercados o panaderías, y añoremos el sabor, olor y textura del pan a la antigua usanza. Por eso vamos a explorar el mundo de hacer nuestro propio pan con una receta que a buen seguro os dejará sorprendidos por su facilidad al elaborarla.
Como el secreto para lograr un buen pan es que el amasado sea el adecuado y la masa se eleve correctamente, el mejor aliado para ayudarnos es una amasadora KitchenAid. Gracias a ella, la receta será más fácil si vamos a realizar pan todos los días, siendo de gran ayuda para simplificar la tarea y que así la masa nos quede más elástica y de aspecto liso.
Esta vez vamos a hacer la receta de pan casero con amasadora y ya veréis que disfrutáis de un buen pan de calidad a diario.
Ingredientes (para un pan de kilogramo):
– 1 kilo de harina de trigo de fuerza
– 600 gramos de agua
– 20 gramos de sal
– 20 gramos de levadura de panadería (en caso de emplear levadura química en polvo, usaremos unos 6.8 gramos)
Elaboración:
El primer paso es tamizar la harina en el recipiente de la amasadora para que no existan residuos extraños. A continuación añadimos la sal. En este paso podemos añadir azúcar como ingrediente opcional, logrando un pan con un toque dulce. Podemos probar alguna de las veces que hagamos la receta, pues lo mismo nos gusta esta pincelada dulce.
Ahora añadimos la levadura y seguidamente el agua. Otro experimento opcional que podemos llevar a cabo es sustituir el agua por leche, obteniendo un sabor diferente para el pan.
A continuación cubrimos la amasadora y la ponemos en marcha con la velocidad más baja. Según vaya aumentando la dureza de la masa, también aumentaremos la velocidad y fuerza del amasado. Hay que tener en cuenta que cuanto más amasemos la mezcla, más elástica y firme se volverá, así que la dejaremos amasando entre 10 y 15 minutos aproximadamente. Cuando veamos la masa lista, podremos retirarla de la amasadora.
El siguiente paso es el de fermentado. Podemos partir la masa en más de un pan o bien emplear el totalidad de la masa para confeccionar un pan grande, esto dependerá de lo que queramos obtener. Dejaremos la masa en un recipiente o bol y lo taparemos con un paño humedecido.
Si podemos depositar el recipiente en un lugar que tenga una temperatura cálida, será mejor para intensificar el fermentado y que la masa leve antes. Por ejemplo, yo en mi cocina tengo el truquito de poner el bol encima de la nevera, ya que en ese sitio hay algo de calor residual y la masa fermenta en un entorno tibio.
Dejamos fermentar una hora y ya tendremos el pan listo para hornear. Primero precalentamos el horno a 250º C grados para que vaya cogiendo temperatura.
Si no hemos partido el pan antes, en este paso podemos repartirlo en más trozos o dejarlo entero. Debemos pensar que dependiendo del tamaño del pan, tardaremos más o menos en hornearlo. Un pan entero de un kilo requerirá más tiempo de horneado que unas barritas más finas. Antes de hornearlo, es recomendable practicarle unos cortes por la parte superior de la masa para que el pan quede bien y el aire pueda salir.
Ahora depositamos el pan encima de una bandeja engrasada o papel de hornear para que no se nos pegue, y horneamos unos diez minutos a 250º C grados. Entonces apagamos el horno y dejamos que siga cociendo otros diez minutos más con el calor residual. Un truco para que el pan no quede tan reseco, es dejar un recipiente con agua al lado del pan en el horno para que se humidifique un poco el ambiente.
Tras los diez minutos con el calor residual, volvemos a conectar el horno a unos 200º C grados durante unos veinte minutos más. Pasado este ciclo, apagamos el horno de nuevo y dejamos el pan en el horno sólo con el calor residual durante otros diez minutos más.
¡Y voila!, ya tenemos nuestro delicioso pan casero listo.
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