Su origen parece estar en la ciudad Atlixco, en Puebla (México) y su sabor es de lo más refrescante y rico. Pero no sólo eso, también es un plato muy nutritivo, refrescante y no engorda.
Al igual que sucede con el gazpacho y otras sopas frías en las cocinas, cada cocinero tiene sus propias proporciones e tipo de ingredientes. En esta receta utilizar las cantidades de caldo, ajo, limón, y demás ingredientes que más te gusten.
Dificultad: Fácil
Tiempo medio de preparación: 20 minutos.
Ingredientes:
– 2 aguacates maduros
– 1/2 litro de caldo de pollo, del que se vende hecho
– 1 cebolleta pequeña
– 2 dientes de ajo pelados
– 1 pieza chile, es optativo, si no queréis que pique no lo pongáis
– 1/2 taza pequeña de cilantro lavado
– Zumo de 1/2 limón
– Sal
– Pimienta
– Aceite de oliva
Preparación:
En primer lugar pelamos los aguacates, retiramos los huesos y los cortamos en trozos pequeños, los rociamos con un poco de limón para que no se pongan negros los trozos.
En un recipiente amplio introducimos el aguacate, 1/2 l. de caldo de pollo, el zumo de 1/2 limón, la cebolleta cortada en trozos pequeños, 2 dientes de ajo pelados, 1/2 taza pequeña de cilantro lavado, 2 cucharadas de aceite de oliva, sal y pimienta.
Trituramos los ingredientes con la batidora eléctrica o con algún robot de cocina hasta conseguir una crema homogénea y clara, no espesa.
Si la crema resulta muy espesa, agregamos un poco más de caldo de pollo o agua fría, lo probamos de sal y gusto y lo rectificamos.
Finalmente, lo metemos en la nevera 1 hora como mínimo para servirla bien fría.