Cenar fruta no adelgaza, como han podido comprobar muchas personas después de implantarse este hábito y pesarse al cabo de un tiempo. En resumen, siempre deberías comer unas frutas, pero de postre o tentempié. Todo lo demás es un milagro. Si es lo que quieres son milagros, vete al gimnasio porque es donde más milagros se producen.
Una alimentación equilibrada, es que incluya «desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo». Ya sabes: verduras, pescados o cualquier plato ligero. 2 horas antes de irte a la cama.