Ingredientes:
– 750 gr. de harina
– Un vaso de agua tibia
– 40 gr. de levadura para pan (lo venden ya en porciones)
– 1 huevo
– Sal (optativo, pero lo mejora muchísimo)
– Aceite de oliva
Elaboración:
En un cuenco profundo se deshace la levadura con el agua y se añade el huevo, se mezcla todo bien con un poco de sal. A continuación se le va añadiendo la harina poco a poco y se amasa enérgicamente procurando que la masa se despegue del cuenco. Si no fuese así, se le seguirá añadiendo harina hasta que esto suceda. El amasado debe durar un mínimo de diez minutos. Cuanto más se trabaje, mejor estará el pan.
A continuación se aceitan bien las manos para darle forma al pan. Esto le dará muy buen sabor y desprenderá la masa de las manos con mucha facilidad.
Se aceita bien una bandeja de horno (a ser posible tibia)
Se forma el pan en el centro, se abriga bien con paños de cocina o cualquier trozo de paño de lana. Esto es muy importante, pues la masa fermentará mucho mas rápido.
Cuando terminemos de amasar, calentaremos el horno para que vaya calentándose hasta los 250 ºC.
La masa que dejaremos reposar, se puede poner cerca de una calefacción o cualquier fuente de calor. En una media hora o tres cuartos estará lista. Debe alcanzar por lo menos el doble de su volumen.
Este es el momento de bajar la temperatura del horno a unos 180 grados y meter el pan. No sin antes hacerle longitudinalmente un par de cortes (para que no se resquebraje).
El tiempo de cocción será de unos cuarenta a cuarenta y cinco minutos. Cuando esté dorado, se le puede dar la vuelta para que dore también un poco la base.
Podéis darle a los panes las formas que mas os guste. Este pan, además de ser delicioso, dura perfectamente una semana tierno.