El ajo es uno de los componentes indispensables en la cocina desde mi punto de vista y que trabaja muy bien en la mayoría de los platos. Al comprar los ajos, debemos observar que las cabezas sean grandes y que no estén blandas o vacías al tacto. Para conservar las cabezas de ajo enteras, hay que dejarlas en un lugar ventilado. No es conveniente usar recipientes cerrados para guardarlas ni dejarlas en la nevera.
Los ajos se mantienen bien pelándolos y sumergiéndolos en aceite. Este aceite se puede utilizar posteriormente como aceite de ajo, pudiendo ser utilizado para freír o aliñar. De todas formas, se venden bolsas de ajo picado congelado que dan un resultado muy bueno. Solamente hay que poner media bolsa en un bol con un poco de aceite y mantenerlo en la nevera.
Este ajo se puede utilizar para todo tipo de platos: paellas, fritos, adobos, ajillos, inclusive tomate catalana, tomate para pizza, gazpachos, pipiranas, pistos y en definitiva, para cualquier plato que precise del ajo.